domingo, 3 de julio de 2016

La virtud como valor Supremo

Sócrates postuló la areté o «virtud» como valor supremo; es decir, la excelencia o dar lo mejor de uno mismo. Esto y su creencia en la inmortalidad del alma, que trasciende el término de nuestra existencia física, le permitió aceptar una condena injusta y beber valientemente la poción de cicuta. Creía que las malas acciones dejaban una marca en el alma. Esta idea se asemeja a la enseñanza budista de que nuestros actos o karma modelan nuestra vida a través del pasado, presente y futuro. Uno y otro enfoque reconocen la eternidad de la vida, que trasciende la existencia y la muerte en este mundo.
Igualmente para los católicos las acciones repercuten en la vida de cada uno y en su salvación.

Feliz domingo.

Hoy también en el señor de los milagros:
http://ola-elsenordelosmilagros.blogspot.com/2016/07/de-tal-manera-amo-dios-al-mundo.html

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