martes, 31 de enero de 2012

Una piedra en el camino

Una mañana, un amigo del filósofo griego Diógenes el Cínico* encontró a éste en una calle de Atenas, riéndose a más no poder.
-¿De qué te ríes? -le preguntó.
-De la naturaleza humana -contestó Diógenes-. ¿Ves esa piedra que está en medio de la calle? Desde que llegué aquí, diez personas han tropezado con ella y la han maldecido, pero ninguna se ha tomado la molestia de apartarla para que no tropiecen los demás.

*Diógenes el Cínico (413 – 327 a. C.)

***

¿Cuántas veces nos pasa esto incluso a nosotros mismos? Que nos tropezamos una y otra vez con la misma piedra, y cuando nos tropezamos, hacemos tal cual dice Diógenes en la historia, no nos tomamos la molestia de apartarla para que otros no se tropiecen.
Cometer errores es de humano, como dice el dicho, y enmendar de sabios; sin embargo, ¿cómo logramos transferir este conocimiento a otros? Incluso, más allá, ¿Cómo logramos transferirlo a los hijos de una manera natural?
Un animal de manera innata ya “sabe” algunas cosas que pueden y algunas otras que no debe hacer.
Algunos científicos llaman a ésta intuición de los animales “inteligencia colectiva”, ¿Será que no hemos podido adquirir este tipo de inteligencia?


viernes, 27 de enero de 2012

Gente de poca fe

Se cuenta –lamentablemente sin citar los nombres de los personajes ni el del pueblo donde ocurrió la siguiente anécdota-, que en una época de sequía en España, el cura de un pueblo predicó a sus feligreses:
-¡Hermanos míos, tened fe! ¡La fe mueve montañas, lo puede todo! ¡Si tenéis fe todo se arreglará! ¡El próximo jueves, a las siete de la tarde, nos reuniremos aquí en el templo para invocar la lluvia! ¡Si tenéis fe, Dios os oirá!
    El jueves, poco antes de celebrarse la ceremonia, el cura subió al púlpito sumamente enojado y se dirigió a su grey:
    -¡Hermanos: os dije que la fe lo puede todo, pero veo que no tenéis fe suficiente! ¡Nos hemos reunido para pedir lluvia al Señor y ninguno de vosotros ha traído paraguas!

***
Este sacerdote más allá de su fe también tenía lógica, ya que lógicamente si esperas lluvia cargas un paraguas; su coherencia es indiscutible. La fe puede ser un ingrediente esencial para la vida, si no creemos en lo que hacemos difícilmente podremos alcanzar los objetivos. Es una gran enseñanza la de este sacerdote, lástima que no tenemos los datos de quién fue.

¡Feliz fin de semana!

martes, 24 de enero de 2012

La Teoria de las ideas

Plantón (428 - 354 a. C.) era un aristócrata que, después de la muerte de su amado maestro Sócrates, abandonó Atenas, a la que luego regreso para fundar la Academia, la cual luego sería como el prototipo de universidad de nuestros días.

Él planteó algo que llamó "La teoría de las ideas", en la cual afirmaba que la palabra "caballo" no se refería a un caballo en particular sino a cualquiera. De alguna manera, existe un caballo ideal fuera del espacio y tiempo. La idea es real, lo particular es sólo aparente.

A fin de ilustrar la diferencia entre las apariencias y la realidad, Platón inventó su célebre Analogía de la Caverna.

Imaginemos que somos prisioneros encadenados en una caverna, que vemos sombras y celebramos que son reales. De pronto, alguien escapa de la caverna y ve el mundo real. Al volver este, encandilado por la luz, parece ver menos que antes.

¡Interesante!, ¿no?

Esta teoría de las ideas llega hasta nuestros días y nos presente una manera de entender el mundo desde lo general a lo particular, la idea del hombre y los hombres, la idea de caballo y los caballos. Puede que no nos sorprenda tanto, sin embargo, este hombre vivió unos 300 años antes de Cristo.

Otro dato interesante es que a la entrada de la “Academia” había una inscripción que decía: “Nadie que ignore la geometría puede entrar aquí”.

¡Feliz semana!