viernes, 25 de mayo de 2018

Curiosidad Intelectual


Quesada enseñó también a Bello los clásicos castellanos y en especial a Cervantes, Calderón de la Barca y Lope de Vega. Pero el énfasis principal era el latín, puesto que constituía un requisito de ingreso a la universidad. Una vez terminado sus estudios bajo la tutela de Montenegro, Bello ingresó a la Real y Pontificia Universidad de Caracas en 1797 para iniciar un curso de estudios en filosofía conducentes al grado de Bachiller en Artes, que obtuvo el 14 de junio de 1800.

Gracias a un comentario de Montenegro que Bello mencionó a Amunátegui, es claro que para 1797 había aprendido a leer francés (un poco más tarde aprendería inglés con la ayuda de una gramática y periódicos en ese idioma). Montenegro encontró un día a Bello leyendo una obra de Racine, lo que le hizo exclamar, “¡es mucha lástima, amigo mío, que Usted haya aprendido el francés!”, preocupado al parecer por el tipo de lecturas al que Bello tenía ahora acceso.

Bello confirmó más tarde los temores de su profesor, puesto que preparó una traducción del Zulime de Voltaire. Esta anécdota le dio ocasión a Bello para relatar cómo Simón Bolívar, quien era miembro del mismo círculo literario en Caracas, le reprochó tan mala elección. El Zulime es en verdad una de las peores obras de Voltaire, pero Bello respondió que su traducción era al menos la primera. La anécdota es importante pues demuestra las habilidades lingüísticas de Bello a una temprana edad, como también su curiosidad intelectual.

Extraído del libro Andrés Bello: la pasión por el orden de Ivan Jaksic.