martes, 12 de abril de 2016

Optimismo inquebrantable

En el libro El filósofo Interior de Lou Marinoff mantiene varias conversaciones sobre temas diversos con el filósofo Daisaku Ikeda, en la cuarta conversación sobre el origen de un optimismo inquebrantable.

Dice Ikeda: En una sociedad como la de hoy, tan expuesta al estrés y a la ansiedad, ¿cómo aprender a vivir con más optimismo y esperanza? Ha llegado la hora de preguntarnos cómo mejorar nuestra salud psicológica, para vivir de manera más plena y humana.
En una época así, ¿qué valor puede aportar la filosofía y la psicología? Desde el punto de vista de la filosofía práctica, usted ha dicho que Freud y los psicoanalistas subestimaron las fortalezas y los aspectos positivos de la naturaleza humana y se centraron, en cambio, en las debilidades y los aspectos negativos. Su observación es muy relevante.
El doctor Martin Seligman, destacado propulsor de la psicología positiva y expresidente de la Asociación Psicológica Norteamericana, comenta algo semejante. En un diálogo que mantuvimos en Tokio, me dijo:
El optimismo es esperanza. No es la ausencia del sufrimiento. No significa estar siempre felices y satisfechos, sino el convencimiento de que, aun teniendo un fracaso o una mala experiencia, uno puede cambiar las cosas a través de la propia intervención.

* * *
Hay momentos en la vida que ser optimista es el último recurso que uno puede perder, los que creemos en Dios podemos aferrarnos a la idea de que Él nos tiene un plan en el que estaba contemplado vivir una situación difícil; pero independientemente de ese punto, definitivamente será nuestro temple y paciencia la que decidirá si se es o no optimista.
En muchos casos el optimismo puede llegar a ser fundamental incluso para la supervivencia, es más probable que un optimista sobreviva a una experiencia traumática a que una personas que ha perdido ese optimismo y que renuncian a la esperanza.


¡Feliz martes!