martes, 30 de junio de 2015

La mente diamantina

Los pensamientos y sentimientos, como todos sabemos, no los podemos detener a voluntad propia, ellos acuden a nosotros sin darnos ningún aviso. La clave se haya en no dejarse arrastrar por ninguno de ellos. Incluso un exceso de alegría degenera en histeria. Por lo que, incluso reírse en exceso, podría transformarse en algo patológico.

Para las personas orientales, practicantes de artes marciales, yoga u otra disciplina, el dominio de la mente es importante, les da nitidez para poder tomar la decisión correcta ante cualquier situación que se les presente.

Una mente diamantina es exactamente así, una mente quieta y con luz nítida.

Si tu mente es diamantina, pase lo que pase en el exterior, tu mente estará clara y tranquila. Si esto lo logramos, podremos actuar correctamente ante la situación que tenemos en frente.

Pero para aquietar la mente debemos hacer un gran esfuerzo, no es imposible, sin embargo, el esfuerzo es a cada instante, y es algo que debemos hacer y seguir haciendo hasta el fin de nuestros días.

Lograr una mente diamantina es igual que desear tener nuestros músculos en forma, para lograrlo tenemos que hacer ejercicios a diario. El estado natural de nuestras mentes es la de estar pensando en tonterías, cuando encuentre a su mente así coloque música y concéntrese en la música únicamente. Una vez logre callar a su mente, apague la música y espere a ver qué sucede.

Se sorprenderá de los cambios.


¡Feliz martes!

lunes, 22 de junio de 2015

El dolor del cambio

Si te caes y te haces una factura, vas al médico te coloca un yeso y pasada unas semanas vuelves a estar como nuevo. Sin embargo, mientras esta “curación” ocurre hay un proceso de dolor inevitable para que suceda. Y ese dolor lo necesitamos, créanme.

Nuestra sociedad usualmente nos busca la manera de huir del dolor, si nos duele la cabeza toma un acetaminofén, si le duele alguna parte del cuerpo tome un antiinflamatorio, si le duele por otro lado, seguro habrá una pastilla que le alivie ese dolor. Así que estamos ajenos al dolor, tanto como podemos.

Pero cuando nos alcanza el dolor y no lo podemos evitar entonces nos hallamos ante un momento en nuestras vidas que “nos marca”. Y qué es eso exactamente, que nos obliga a hacer cambios en nuestras vidas tan profundos que no podemos sino enfrentarlos.


Todo cambio genera una reacción, y nos genera incomodidad, dolor. Pero, si aprendemos de ese cambio, si logramos entender de qué trata, podría ser incluso provechoso para nuestra vida, de ahí en adelante. No aplaquemos el dolor del cambio tomando unas capsulas de indiferencia, asumamos con responsabilidad lo que ocurre en nuestras vidas. 

Feliz inicio de semana.
Leopoldo Avendaño F.

viernes, 12 de junio de 2015

El problema está dentro

Las circunstancias externas no son las que nos llevan al sufrimiento”, así nos dice Tenzin Gyatso, mejor conocido como el décimo curto Dalai Lama, en su libro “Los siete pasos hacia el amor”. Y personalmente lo he vivido, a veces es más lo que uno piensa que lo que realmente está sucediendo.

“La fuerza de su engaño nos empuja a cometer actos nocivos que nos conducen inevitablemente al sufrimiento”. Estamos tan convencidos de que lo que pensamos es lo que es, que incluso hasta podemos lastimar a las personas que amamos, a nuestros padres, pareja, hijo(s) o amigo(s).

Entonces, ¿dónde está el problema? ¿En lo que sucede alrededor o en lo que sucede en nuestro interior?
En nuestro interior está la clave, “cuando nuestras actitudes, emociones y percepciones contraproducentes cesen, también lo harán las acciones dañinas que resultan de ellas”.
Si esto es así, ¿cómo podemos hacer para zafarnos de esta forma de actuar? “Para poder hacer esto primero debes desarrollar la capacidad de observar tus pensamientos, pues mientras tu conciencia está sumergida en la conceptualidad es difícil que el pensamiento observe al pensamiento”.

Para esto debemos aquietar la mente, “cuando la mente no está dividida en muchas funciones diferentes, es posible reconocer su estado natural de luminosidad y conocimiento, y si mantienes ese reconocimiento, la experiencia de luminosidad aumentará”.

Una última recomendación: “No tienes que detener deliberadamente tus pensamientos y sentimientos que acuden a tu mente; lo que debes hacer es no dejarte atrapar por ellos, no dejar que la mente sea arrastrada por ellos”.

Feliz viernes y buen fin de semana.

Leopoldo Avendaño F.

viernes, 5 de junio de 2015

El tiempo de Dios es Perfecto

Esta frase la he escuchado millones de veces y la he visto escrito en los diferentes perfiles que ahora tenemos en todos los sistemas de comunicación que hay hoy en día. Sin embargo, no estoy seguro si se está utilizando de una manera correcta o no, es decir, veo que algunos se escudan en no tomar decisiones simplemente citando dicha frase, como queriendo decir: Dios no tiene esto para mí ahora así que hay que esperar. Puede ser, o puede que no sea así; una vez que citamos a Dios, por lo general dejamos a nuestro interlocutor desarmado.

Partamos de la idea que Dios es perfecto y en medio de su perfección su tiempo es perfecto, si es que tal concepto “tiempo” exista para Él, lo cual dudo. Pero, si es así, si su tiempo es perfecto, nosotros podemos existir en este tiempo perfecto de Dios, porque Dios es todo, por lo tanto, también es tiempo. Y nosotros no podemos vivir fuera de Dios, pues Él es todo.

Entonces, todos vivimos en el tiempo perfecto de Dios. Y no hay otra cosa más equitativa que nos pudo dar Dios sino tiempo por igual para todos. Ahora bien, lo que cada uno haga con su tiempo, no creo que ya sea del área de acción de Dios, ya corresponde a ese libre albedrío que por lo general parece más una fantasía, pero eso será harina de otro costal.

Volvamos a la frase “El tiempo de Dios es perfecto” y pongamos en acciones esta frase, ¿qué significa realmente que el tiempo de Dios sea perfecto? El tiempo de Dios es perfecto, porque todas las cosas que suceden son por su presencia permanente, no tiene nada que ver con creer o no, lo que significa es que Dios ha dispuesto todas las cosas en armonía para cada uno de nosotros actúe conforme a su voluntad.

Sin embargo, ¿cómo sabemos qué estamos haciendo la voluntad de Dios? Pues la verdad eso ocurre cuando sentimos una paz inigualable con nosotros mismos y nuestro entorno, y sentimos que todo sucede de una manera increíble. No, no es increíble, pero sí parece serlo. En filosofías como la taoísta tienen un modo interesante de referirse a esa comunión con Dios, “wu wei”, y se refiere a que nos dejemos llevar (o guiar) por el Tao, que viene siendo en nuestro mundo occidental algo así como Dios.

Ahora bien, y ¿cuál es el tiempo que nosotros los seres mortales podemos percibir realmente? El ahora, única y exclusivamente el ahora. Por lo tanto, es el ahora el momento perfecto, y quizá el único en el que logramos la conexión con nuestro creador. Así pues, esta para mí es la verdadera razón de la frase “el tiempo de Dios es perfecto”, el “ahora” es perfecto y es el único instante para encontrar a Dios en nuestras vidas.

Feliz viernes y buen fin de semana.
Leopoldo Avendaño F.