lunes, 27 de febrero de 2012

Buen sentido


René Descartes escribió en su libro Discurso del Método:
“El buen sentido es lo que mejor repartido está entre todo el mundo, pues cada cual piensa que posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentadizos respecto a cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen.”

“El buen sentido” me parece que es algo así como lo que actualmente llamamos “sentido común” o “inteligencia colectiva”, y según Descartes el ve en la gente que sienten que tienen una buena cantidad de él, si es que se puede cuantificar.

En su texto continúa escribiendo:
“En lo cual no es verosímil que todos se engañen, sino que más bien esto demuestra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que llamamos buen sentido o razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y, por lo tanto, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino tan sólo de que dirigimos nuestros pensamientos por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas.”

En esta sección Descartes nos define exactamente lo que es el buen sentido o razón, es “distinguir lo verdadero de lo falso”, y nos aclara que la diversidad de opinión acerca de las cosas no viene de nuestra “cantidad” de razón, sino más bien de los diferentes caminos que cada uno considera a la hora de tomar una decisión. Quizá por eso usted diga con frecuencia que tal persona no tiene “sentido común”, bueno, de ahora en adelante piénselo de otra forma, esa persona “no ha considerado lo mismo que yo para realizar esa acción”. Ríase por favor, porque seguramente le va a pasar pronto.

Finalmente, Descartes concluye:
“No basta, en efecto, tener el ingenio bueno; lo principal es aplicarlo bien. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes; y los que andan muy despacio pueden llegar mucho más lejos, si van siempre por el camino recto, que los que corren, pero se apartan de él.”

Más claro, imposible, no importa cuán buena sea su inteligente, porque hasta los “más grandes son capaces de los mayores vicios”; Descartes, nos invita a usar nuestras facultades para el bien, para transitar el camino recto, porque de esta forma llegaremos más lejos.


¡Feliz semana! y mañana estén pendientes del blog “Mis poemas”...
http://ola-mispoemas.blogspot.com/ con una nueva publicación...

viernes, 24 de febrero de 2012

Ciencia y virtud


En sus memorias, Jenofonte, uno de los principales discípulos de Sócrates, cuanta de su maestro: “razonaba siempre sobre las cosas humanas, buscaba qué es la piedad y qué la impiedad, qué es lo bello y qué lo feo, qué es lo justo y qué lo injusto, qué es la sabiduría y qué la locura, qué es el valor y qué la cobardía, qué es el estado, qué es el hombre estado.
Y así otras cosas cuyo conocimiento pensaba que debía caracterizar al hombre capaz, y cuya ignorancia pensaba que debía definirse justamente como condición de esclavitud espiritual.”

La misión de Sócrates es netamente pedagógica, y si, según Aristóteles, el descubrimiento de los dos elementos del método científico, la inducción y la definición, es un mérito que le corresponde a Sócrates, sus enseñanzas parecen ser más prácticas que teóricas, más morales que científicas.

Para Sócrates, ciencia y virtud se identifican y el saber es siempre sabiduría. Muchos se enfadan con Sócrates por ese afán de saber que no sabe, aunque suene algo chistoso, tiene mucho sentido tomar conciencia de la propia ignorancia, ya que así descubrimos nuevas verdades que nos permitan obrar mejor, vivir mejor.

Nuestro espíritu se purifica mediante la investigación científica, y el objetivo más importante de la investigación científica es la purificación del espíritu.

¡Feliz fin semana! y mañana estén pendiente del blog del Señor de los Milagros... http://ola-elsenordelosmilagros.blogspot.com/ hablaremos de Jesús sanando a un paralítico...

lunes, 20 de febrero de 2012

Preceptos seguros

Entre nombre y cuerpo, ¿quién tiene la primacía?
Entre el cuerpo y la riqueza, ¿cuál es más apreciable?
Entre ganancia y pérdida, ¿cuál es más doloroso?
El excesivo apego te costara muy caro.
El juntar muchos bienes implica grandes pérdidas.
Quien esta satisfecho con lo que tiene está fuera de peligros
Quien sabe detenerse evita riesgos y puede perdurar largamente.

Tao Te Ching de Lao Tzu, texto XLIV

***

La filosofía taoísta coincide con la budista en considerar los deseos en general como causa de la infelicidad para el hombre. Puesto que la multiplicación de los deseos es inagotable, de ello proviene la pérdida de la paz interior. Usualmente, quien tiene mucho está a la espera de obtener siempre algo más o algo mejor, y así se pierde en una carrera sin fin.

El saberse contentar con lo que uno tiene, corresponde al conformarse con la voluntad del cielo. En el caso opuesto, es decir, no contentarse con lo que uno tiene,  nos encontramos en un estado de zozobra permanente. Precisamente, por esa expectativa de tener ese “algo” adicional “que hace falta”.


¡Feliz semana!

lunes, 6 de febrero de 2012

La virtud de la indulgencia

El sabio es constante en su mente.
Hace de la mente del pueblo su propia mente.

Es bueno con el bueno.
Es bueno con el no bueno.
Esa es la virtud de la bondad
Es sincero con el sincero.
Es sincero con el no sincero.
Esa es la virtud de la sinceridad.

La existencia del sabio no inspira temor
a los hombres, permanece abierto a todo el mundo.
Mientras el pueblo lo contempla
él trata a todos como a sus propios niños.

Tao Te Ching de Lao Tzu, texto XLIX

***

La mente del sabio está en estado "neutro", lo que corresponde a la idea del vacío. Solo así se puede llenar. Para nosotros los occidentales un estado “neutro” es poco común, por lo general siempre tenemos una posición ante las cosas.

La bondad y la sinceridad, para el oriental no sólo lo entienden en un sentido “ejemplar”, sino más bien “esencial”.

Para quien practica la verdad, la verdad misma va hacia él.

Y finalmente, actuar como niños significa tener comprensión indulgente hacia los demás. Es también una forma indirecta de "paidea" (educación en griego) concebida en sentido opuesto al paternalismo, pues el taoísta se hace niño para tratar con los niños. Para tratar con lo niños a veces hay que ponerse en el lugar de uno y hablar en sus términos para que nos comprenda correctamente. He ahí la sabiduría.

¡Feliz semana!

viernes, 3 de febrero de 2012

Dos sillas

Cuando el tenor italiano Luciano Pavarotti concluyó sus estudios de secundaria, terminó también el curso de canto que había tomado y se encontró ante la disyuntiva de seguir estudios universitarios o dedicarse por entero a la música.
Entonces para tomar una decisión, habló con su padre –panadero de oficio-, quien le dio el siguiente consejo:
-Luciano, si tratas de sentarte en dos sillas a la vez, caerás al suelo entre ambas. Para todo en la vida, debes elegir una sola.
Y cuenta el gran tenor que le hizo caso a su padre y que, en efecto, se sentó en una silla.
Así fue como tuvo que pasar siete años de estudio y frustración para su debut profesional, y luego otros siete años para presentarse en el Metropolitan Opera de Nueva York. Dice Luciano: “Hoy día pienso que, trátese de colocar ladrillos o de escribir un libro, debemos entregarnos a ellos en cuerpo y alma, y, en el caso de tener dos sillas para sentarnos, debemos elegir una sola.

***
Totalmente de acuerdo con Luciano, hay que entregarse en cuerpo y alma a lo que se hace, de modo de poder concentrar toda nuestra energía y sabiduría en lo que nos hemos propuesto en la vida. Sea lo que sea que queramos hacer.
Siempre las disyuntivas pueden dejarnos paralizados, y aunque queramos que el tiempo se detenga para poder decidir, el tiempo sigue adelante y nos podemos quedar viendo pasar las cosas. Elegir una silla siempre será la mejor opción, no elegir y dejar que el “destino” se encargue no se si sea buena idea. Sin embargo, a veces si es bueno esperar un poco antes de tomar la decisión, lo importante es tomarla.

¡Feliz fin de semana!