lunes, 2 de mayo de 2011

El odio y el amor

Dos grandes fuerzas que mueven al hombre. Por odio una personas podría acabar con la vida de otra, incluso, por ejemplo para los Judíos la ley del ojo por ojo y diente por diente es totalmente válida. Jesús de Nazaret, judío rebelde del que todos sabemos al menos que existe les hizo un cambio fuerte a los judíos al decir que amara a sus enemigos. Los judíos lo habrán visto como un loco y yo creo que los mismos “cristianos” de hoy en día también lo verían con ojos extraños.

Por otro lado el amor, pienso que todos lo conocemos sobre todo a nivel familiar y de pareja; el amor a los padres, a los hermanos, primos y demás familiares. Luego, si se casa y tiene hijos, pues el amor a la pareja y a los hijos, etc., etc.

Sin embargo, la visión de amor del monje Tenzin Gyatzo -decimocuarto Dalai Lama-, está muy compenetrada con la compasión y el interés por los demás. Quizá sea una visión similar a la de Jesús, aunque menos radical.

Para Gyatzo el amor, la compasión y el interés por los demás son verdaderas fuentes de felicidad. Si se tienen, no nos afectarán ni las circunstancias más incómodas. Pero si alimentas el odio no serás feliz aunque estés rodeado de lujos.

Ciertamente el odio nos hace perder la razón, la ira destruye, desde adentro y luego nuestro entorno. Las actitudes contraproducentes no surgen por sí solas sino por culpa de nuestra ignorancia. De la disciplina, la conciencia y la compasión clara de los efectos negativos de la ira y los efectos de la bondad surgirá la paz.

Todas las religiones transmiten mensajes de amor, compasión, sinceridad y honestidad. Cada sistema busca su propia manera de mejorar la vida de todos nosotros. No obstante, si damos demasiada importancia a nuestra filosofía, religión o teoría, si nos apegamos demasiado a ella e intentamos imponérsela a otras personas, surgirá el conflicto.

Actuar llevados por la compasión y el amor, respetar los derechos de los demás: he ahí la auténtica religión. Estas palabras de Gyatzo son tan fuertes, tan poderosas y tan piadosas a la vez que parecen sacadas de un cuento de hadas, pero en verdad él las lleva a la práctica. Es un ejemplo viviente de cómo hacer esas cosas.

Ahora, pero nosotros cómo hacemos, por dónde empezamos a crear más amor a nuestro alrededor, pues primero que todos debemos comenzar con nosotros mismos, para luego ir a nuestro entorno e ir poco a poco agrandando nuestro circulo.

Termino con un último pensamiento de Gyatzo: Esta es mi religión, una religión sencilla que no necesita templos ni complejas filosofías. Tu propia mente, tu propio corazón, es el templo; tu filosofía, la simple bondad.
Feliz semana!

1 comentario:

  1. Me encanta!!! Muy cierto... Ojalá este mensaje pudiera leerlo el mundo entero... Estoy segura de que los "pondría a pensar" un poco en sus acciones.

    Me siento totalmente identificada con el último pensamiento, es como verme reflejada en eso: tengo mi propio templo y mi propia filosofía, es así y nadie podrá cambiarlo.

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