viernes, 6 de octubre de 2017

Los irreverentes son ellos

El escritor italiano Dante Alighieri se encontraba en una iglesia de Verona, oyendo misa, y estaba tan concentrado en sus oraciones que, al llegar el momento de la elevación, no se inclinó, ni tampoco se arrodilló, no movió los labios en señal de estar rezando.
Al instante, varios de los asistentes a la misa se escandalizaron, pues consideraron irreverente la actitud de Dante hacia las cosas sagradas.
Por ellos, al concluir el oficio, lo denunciaron ante el obispo, quien llamó al poeta a su despacho para amonestarlo.
-¡Me sorprende- respondió Dante-, oír tal acusación de los que, mientras yo oraba con mi alma entera puesta en Dios de modo que no sabía lo que corporalmente estaba haciendo, tenían en cambio su cuerpo y su espíritu vueltos por completo hacía mí, sin ocuparse para nada en Dios!


¡Feliz viernes y excelente fin de semana!

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