Hoy en día hay tanta información
acerca de si a un niño se le debe castigar o no, y hay tantas opiniones
encontradas que a veces como padre quedamos absortos, o como decimos
popularmente “como pajarito en grama”, no sabemos a ciencia cierta qué es lo
que debemos hacer. Aunque no lo creas, Platón, como ya sabemos unos 500 años
antes de Cristo nos dejó la siguiente ayuda: “Cualquiera que encontrándose con
ellos (los niños), no lo castigara como es debido, incurre primeramente en la
mayor de las deshonras”. Hagamos una pausa y entendamos algo, para Platón no
castigar al niño es una deshonra, y vaya que es una palabra fuerte; sigamos en
el texto: “y el guardián de las leyes que ha sido especialmente elegido para
atender a la infancia deberá observar, al pasar, si quien se encuentra con el
grupo deja de castigarlos cuando debiera hacerlo, o no los castigara como es
debido”. Este “guardián” al que se refiere Platón viene a ser algo así como un
árbitro en un encuentro deportivo, pienso que generalmente dicho “guardián”
podría ser los propios padres, sin embargo, a veces como padres nos puede
costar un poco discernir si un castigo es suficiente o no para nuestros hijos,
probablemente este “guardián” deberá ser alguien externo o imparcial.
Finalmente, Platón nos da unas últimas
luces sobre este personaje: “Este inspector de nuestra juventud deberá tener
una vista muy penetrante y ejercer una vigilancia extrema sobre la educación de
los niños, y enderezar sus naturalezas, dirigiéndolas siempre hacia el bien que
prescriben las leyes”.
Feliz jueves.
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