Había una vez un visir que se fue a vivir a una
comunidad de derviches después que lo despidieran de su cargo en la corte del
rey. Con el tiempo, el efecto que esos hombres produjeron en él le permitió
recobrar la serenidad perdida y vivió felizmente entre ellos.
Pero un día el rey cambió de opinión y le envió un
mensaje diciéndole que su cargo ahora estaba disponible, y que si quería
aceptarlo.
El antiguo visir respondió negándose y escribió: “Disfruto
con mi retiro, satisfecho y a salvo de las dentelladas de los perros y de los
hombres, libre de las manos y las lenguas de los difamadores”.
El rey volvió a enviarte un mensaje urgente: “Necesito
desesperadamente tu talento político en mi gobierno. Debo tener un hombre de tu
sabiduría e inteligencia”.
El visir replicó: “Un hombre tan sabio e inteligente
como yo no se involucra en semejantes asuntos”.
Feliz viernes y feliz fin de semana.
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