Platón nos planteó su filosofía a través de diálogos,
estos pueden dividirse en tres grande grupos: tempranos, medios y tardíos. Los
diálogos tempranos, en general, planten un problema y terminan sin dar una
respuesta concluyente. Son los más fieles al espíritu socrático: más que solucionar
un problema determinado, aspiran revelar lo problemático de nociones que
habitualmente se adoptan sin reflexión. Los diálogos medios, entre los que se
encuentra las obras más conocidas de Platón, como son, El Banquete, Fedón y La
República, en donde expone básicamente la teorías de las ideas, aquellas que,
según él, son objetivas, eternas y universales. Finalmente, en los diálogos
tardíos, Platón expresa una reformulación de su filosofía y advierte que las ideas no son estáticas y
autosuficientes, sino que se atraviesan entre sí y remiten unas a otras. En ese
momento de su vida, se vio obligado a admitir que no podía pretender que los
gobernantes fuesen lúcidos y desinteresados. En su último diálogo titulado Las
Leyes, ofrece un segundo modelo de Estado, pautado exclusivamente por leyes, a
diferencia del modelo de los diálogos medios, donde importa sobre todo que los
filósofos gobiernen.
Podríamos decir que en este último escrito Platón
deposita su esperanza de un orden político justo y armonioso precisamente en el
adecuado ordenamiento jurídico, es decir, a la aproximación de una sociedad
justa.
Feliz viernes.
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