Aunque la naturaleza de la virtud
varía en distintas culturas, cada una proporciona un estándar que ha
evolucionado a partir de la experiencia cotidiana de llevar una vida buena.
La filosofía griega antigua, por
ejemplo, ensalzaba las virtudes de la sabiduría, el coraje, la templanza y la
justicia.
Los confucianos respetaban las
llamadas cinco virtudes: benevolencia, justicia, cortesía, sabiduría y
fidelidad.
Benjamin Franklin hizo una lista de
trece virtudes: templanza, silencio, orden, determinación, frugalidad,
diligencia, sinceridad, justicia, moderación, aseo, castidad, tranquilidad y
humildad. Y todas y cada una de ellas merecen ser observadas.
Nichiren escribe acerca del
confucianismo: A través de estas enseñanzas, la gente aprendió las normas del
decoro y llegó a comprender la deuda de gratitud que cada persona contraía con
sus padres; además, se llegó a establecer una clara distinción entre el
gobernante y los gobernados, para que el país fuese regido con sabiduría. El
pueblo obedecía a los líderes que seguían esas enseñanzas.
En general, la historia nos revela que
en respuesta a las épocas de crisis, se proponían determinadas virtudes como
pautas para restablecer el humanismo. Ojalá aquí en Venezuela comience un
movimiento para rescatar el verdadero carisma del venezolano.
Feliz inicio de semana.
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