Lo que conocemos de los escritos de Aristóteles
atestigua su enorme capacidad de asombro y deseo de saber. Su interés se desplegó
rigurosamente por los más diversos ámbitos. El estilo de los escritos es
pedagógico y a menudo árido. También escribió Diálogos, cuya fuerza y claridad
fueron muy elogiados en su tiempo, pero que se perdieron.
Cuando Teofrasto organiza la obra de
Aristóteles toma algunos cuantos libros sobre temas que ubica después de los
referidos a la física, y los llama “metá tá fisicá”, es decir, “lo que viene
después de la física”. La palabra “metafísica” significa, pues, lo que viene después
de la física. En realidad, para Aristóteles, el gran científico e investigador,
todo es realidad: lo físico, lo psicológico, lo político y lo metafísico. Él
intentó abarcar todos esos ámbitos porque todos están conectados con la misma
inquietud humana de asombrarse ante lo real, de buscar una explicación, de
definir, de precisar, de convertir en concepto al mundo para habitarlo mejor.
¡Feliz martes!
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