jueves, 21 de junio de 2018

Prohibiciones cuando niño


De niño, Eduardo VIII de Inglaterra recibió una educación rigurosa que, por ejemplo, le impedía hablar en la mesa mientras comía, excepto si sus padres o algún adulto le dirigían la palabra o le hacían alguna pregunta.

Un día durante una cena, el entonces Príncipe de Gales –que es el título de los monarcas ingleses hasta su coronación-. Interrumpió una conversación que tenía su padre, el rey Eduardo VII, con otro de los comensales y, de inmediato, fue reprendido.

Durante varios minutos, el rey prosiguió su conversación y su comida y sólo cuando terminó con ambas se dirigió a su hijo:

-¡Sabes que no debes hablar si no se te pregunta! –dijo muy molesto-. Dime, ¿qué deseas?
-Ya nada, señor –respondió el príncipe-, quise advertirle que había un gusano en su ensalada.
-¿Dónde está el gusano? –gritó entonces Eduardo VII con repulsión.
-Exactamente, no se lo puedo decir, señor –contestó el príncipe-, porque usted se lo tragó y no me está permitido referirme a sus intimidades.

Feliz jueves.

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