En 1951, el fabricante de motos japonés Soichiro Honda
y su socio Takeo Fujizawa solicitaron un préstamo al Banco Mitsubishi para
ampliar su entonces pequeña empresa.
Como deseaban ganar el favor de los banqueros, Honda y
Fujizawa organizaron una fiesta en la que ambos improvisaron una función cómica
con chiste de todos colores y canciones de geishas.
Los banqueros del Mitsubishi se divirtieron mucho y,
al partir para sus casas, se veían sumamente complacidos.
Al día siguiente, Soichiro Honda y su socio fueron
llamados al banco y, al llegar, recibieron una carta en la que les informaban
que se les había negado el préstamo.
Al preguntar cuál era la razón del rechazo, los mismos
banqueros que habían asistido la noche anterior a su fiesta les dijeron:
-No podemos fiarnos de una empresa manejada por dos
payasos.
Feliz fin de semana.
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