La larga carrera de Simón Rodríguez
como educador, si es que así puede etiquetarse su incesante labor de
"formar ciudadanos por medio del saber", se inicia oficialmente
cuando el Cabildo de Caracas le otorga, en 1791, el permiso para ejercer de
maestro de escuela de primeras letras en la única escuela pública de esa
ciudad. Claro está que la formación autodidacta emprendida por Rodríguez desde
muy joven habla de un inicio más temprano en su carrera y de un encuentro
prematuro con la vocación del saber, la reflexión y el pensamiento.
A los veinte años de edad, según se
dice, Simón Rodríguez ya había leído a Jean-Jacques Rousseau, particularmente
su obra Emilio o De la educación, y una traducción de la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano. Como muestra del ímpetu y la avidez de sus
reflexiones, siempre originales y a contrapelo del medio, presentó al
ayuntamiento de Caracas, en 1794, un estudio titulado Reflexiones sobre los
efectos que vician la escuela de primeras letras de Caracas y medio de lograr
su reforma por un nuevo establecimiento.
Las ideas vertidas en este ensayo
parten de la necesidad de formalizar la educación pública por medio de la
creación de nuevas escuelas y la formación de buenos profesores; de esta forma,
argumentaba, se promovería la incorporación de más alumnos (incluyendo a los
niños pardos y negros) y la disminución progresiva de la enseñanza particular;
se requería además buenos salarios.
Extracto
tomado de:
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rodriguez_simon.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario