Hoy en día la tecnología está en todo y forma parte sustancial de nuestras vidas en las grandes y pequeñas ciudades. Hoy por hoy, ya un niño de 6 o 7 años (cuidado y si no antes) podría tener una tabla o un celular. Pero, ¿hasta que punto esto está bien o no?
Ciertamente que la tecnología nos brinda muchas bondades, sin embargo, hemos ido perdiendo la humanidad propia.
En relación a esa pérdida de humanismo que acompaña los avances tecnológicos de la sociedad moderna, citamos a Emerson: «La razón por la cual el mundo carece de unión y se muestra partido y fragmentado es la propia desunión del hombre consigo mismo.»
El filósofo Lou Marinoff nos indica en relación a este punto en su libro el Filósofo Interior: "Lamentablemente, así es. Emerson fue un visionario al entender los defectos deshumanizadores que tendrían los avances tecnológicos. En los comienzos de las revoluciones científica e industrial, los optimistas vieron una oportunidad para emancipar a los seres humanos de las tareas más pesadas y aburridas del trabajo cotidiano, mejorando así su calidad de vida. Pero los excesos de la revolución industrial terminaron por mecanizar a la propia humanidad, tal como en la actualidad los excesos de las tecnologías cibernéticas sumen a las personas en un mundo virtual, divorciándolas todavía más de la realidad. La desunión sobre la que escribe Emerson es, en efecto, más palpable actualmente y solo se le puede poner remedio regresando a la integridad. Para Emerson y su comunidad de idealistas de Nueva Inglaterra, la mejor manera de conseguirla era estando en íntima comunión con la naturaleza, tal como hizo Thoreau."
Pongamos cuidado: Debemos nosotros manejar la tecnología y no que la tecnología nos maneje a nosotros...
Feliz jueves...
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