Siempre he dicho que el peor enemigo que uno puede tener es uno mismo;
Ikeda, cito sus propias palabras al respecto: «La vida posee un potencial realmente insondable. [...] En la mayoría de casos, nuestras supuestas “limitaciones” son solo nuestra propia decisión de limitarnos.» Esta definitivamente es una manera mas elegante de referirse a como uno mismo puede colocarse trampas para no lograr realizar las cosas.
Marinoff nos dice: Las implicaciones de esta afirmación son profundas. Sugiere que la verdadera buena salud debe tener en cuenta no solo las dolencias e incapacidades, las heridas y las injusticias, sino también la eliminación de los impedimentos autoimpuestos.
Y finalmente Ikeda concluye: Efectivamente. No debemos claudicar ante nosotros mismos. En una época como esta, adquiere especial valor la energía de la esperanza, la convicción resuelta de sentir «¡Puedo hacerlo y lo haré!». El budismo postula que la mayor alegría es la que uno siente al descubrir que el estado de vida más noble y digno posible existe dentro de su propio ser. La ignorancia primordial, por lo tanto, es no poder reconocer el supremo valor interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario