Una tarde, el escritor Jonathan Swift (autor de Los
viajes de Gulliver) llamó a su criado y le pidió que le trajera las botas.
Un minuto después, el criado se presentó ante él con
las botas llenas de barro.
- ¿Por qué no las has limpiado? –preguntó Swift.
- Como sabía que usted iba a salir y los caminos están
llenos de barro, me pareció inútil limpiarlas.
Swift no dijo nada, pero al rato el criado le pidió la
llave de la despensa.
- ¿Para qué la quieres? –preguntó el escritor.
- Para sacar comida –respondió el criado-, aún no he
almorzado.
- No te la voy a dar: como dentro de unas horas
volverás a tener hambre, no vale la pena que comas ahora.
Feliz jueves.
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