Un hombre que tenía una apremiante situación económica
le pidió consejo a su amigo, el multimillonario estadounidense John D.
Rockefeller.
-Una persona me debe 50.000 dólares –le dijo-, pero no
tengo ningún comprobante de esa deuda. ¿Qué cree usted que debo hacer?
Rockefeller contestó:
-Escríbele a esa persona pidiéndole los cien mil
dólares que le debe. Con seguridad, le responderá que la deuda no es de cien
mil, sino de cincuenta mil, y esa carta de su puño y letra será su comprobante.
Feliz viernes y fin de semana.
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