En cierta ocasión, el actor y
humorista Groucho Marx trató de ingresar a un club de natación.
Antes de llenar la solicitud, el
director del club se deshizo en elogios hacia él, y dijo sentirse honrado con
su presencia.
Pero cuando el director advirtió que
Groucho puso en la solicitud que era judío, se deshizo en disculpas, alegando
que era norma del club no aceptar en él a personas de esa religión.
Groucho no se enojó, sino que
respondió de inmediato:
- Como mis hijos sólo son solo medio
judíos, ¿podrían ellos nadar en la piscina con el agua hasta la cintura?
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