viernes, 14 de abril de 2017

Lo cortés no quita lo presidente

Un día, siendo presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson paseaba en compañía de un comerciante, cuando un esclavo se cruzó en su camino y lo saludó con gran cortesía.
Jefferson contestó el saludo con mucha deferencia, lo cual llamó la atención del comerciante quien, extrañado, le preguntó:
-      ¿Por qué se ocupa usted de saludar a un esclavo?
-      Porque sentiría mucho –contestó Jefferson-, que un esclavo superara a un presidente en urbanidad y cortesía.


¡Feliz viernes y feliz fin de semana!

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