Muchos han sido los estudios que han tratado de determinar las diferencias entre hombres y mujers, uno de los científicos que más se ha abocado a este tópico es el doctor Baron-Cohen. De sus estudios resalta el hecho de que la mujer tiene mayor inclinación a la empatía. Dice, al respecto: "La empatía es sintonizar natural y espontáneamente con los pensamientos y sentimientos del otro, sean cuales fueren. [...] Es saber leer la atmósfera emocional que se establece entre las personas. Es ponerse en el lugar del otro sin esfuerzo, negociar una interacción sensible con las personas que no las lastime u ofenda en ningún sentido, interesarse por lo que sienten los demás."
Desde hace mucho tiempo se reconoce la superioridad de la mujer en las áreas del lenguaje. Esto, combinado con la capacidad de empatizar, probablemente explique que las mujeres sean mejores comunicadoras.
Podríamos incluso afirmar que esta capacidad de empatizar sea innata en las mujeres, ya que si tomamos en consideración los catorce millones de años de la evolución, podemos inferir que ahí se encuentre las semillas del comportamiento humano. También debemos estudiar la antropología física y cultural de los primeros homínidos a través de nuestros antepasados del neandertal, un período de unos cuatro millones de años. Resulta que muchas consecuencias sociales de la diferencia entre los sexos tienen un origen biológico y no pueden desecharse mediante pensamientos ilusorios, ingeniería social o adoctrinamiento político.
Hay una falacia fundamental que ha calado hondo en la civilización occidental, aunque todavía no en Asia: a saber, la falsa creencia de que todas las diferencias entre hombres y mujeres las provoca la sociedad.
Asimismo, otorgar a las mujeres iguales derechos y oportunidades no significa que las mujeres vayan a convertirse en lo mismo que los hombres. Y tampoco es que la mayoría de las mujeres lo desee. Cualidades como la empatía hacen que ellas sean inestimables facilitadoras del diálogo y mediadoras. Los hombres a menudo adoptan una postura de confrontación que inhibe la comunicación y puede degenerar en conflicto. Las mujeres suelen adoptar una actitud empática que mejora la comunicación y apacigua los conflictos. Mientras los hombres suelen preocuparse por abstractas asociaciones de ideas, las mujeres tienden a centrarse en relaciones interpersonales concretas en el seno de la familia, el lugar de trabajo y la comunidad.
El doctor Baron-Cohen observa que el poder de la empatía neutraliza la agresividad humana, mientras que su ausencia la exacerba. La falta de empatía, en su punto extremo, da lugar a la violencia. Los hombres recurren al poder para imponer las cosas por la fuerza; las mujeres, con su mayor capacidad de empatía, tienden a prestar atención a los sentimientos y las circunstancias de los demás, por lo cual son más eficaces a la hora de mantener la armonía. Desde luego, toda generalización es relativa, pero creo que, en esta sociedad de hoy, donde las relaciones humanas se han vuelto tan débiles y distantes, la capacidad de empatizar será cada vez más valiosa, tanto para los hombres como para las mujeres.
¡Feliz jueves!
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