Las mujeres son las grandes creadoras de la cultura de paz.
Los hombres deberíamos reconocerlo con humildad y valorar las contribuciones excepcionales de las mujeres. En un diálogo entre Daisaku Ikeda y Richar Coudenhove-Kalergi, éste último se mostraba convencido de que sería posible lograr la paz mundial si diéramos a las mujeres la oportunidad de desempeñar un papel más importante. Al mismo tiempo, trazaba una interesante comparación. Aunque las niñas en todo el mundo juegan con muñecas —comentaba—, los varones en todos los países juegan a la guerra y el propósito del juego es vencer a los demás.
Hace tiempo, leí sobre un experimento diseñado para estudiar las distintas conductas de niños y niñas. En una escuela de nivel preescolar, se procedió a separar por género a los pequeños alumnos. A cada grupo se le permitió jugar con bloques de madera. En la mayoría de los casos, el grupo de los varones se dividió en dos bandos opuestos, que jugaron a pelear y a quitarse los bloques. Las niñas, por su parte, se pusieron a conversar para decidir qué iban a construir grupalmente con las piezas. Desde luego, no todos los varones y las niñas actúan así, pero creo que este estudio nos dice algo sobre las tendencias que predominan en unos y otros...
Feliz inicio de semana...
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