viernes, 29 de septiembre de 2017

La cruz menos pesada

Cuenta una vieja leyenda cristiana que un joven recién convertido al Catolicismo recibió una cruz para portarla mientras hacía un viaje, junto a otros peregrinos, desde un lugar de Europa hasta la ciudad santa de Jerusalén.
Por el camino, el joven no hacía otra cosa sino quejarse de la cruz que le habían dado y que lo obligaba a parase a cada rato y rezagarse continuamente del grupo.
-¡Qué mala suerte la mía –se quejaba el joven-, tenían que darme la cruz más pesada!
Una noche tormentosa en que los peregrinos acamparon en la zona montañosa y se vieron obligados a dejar sus cruces en una pequeña caverna, al resguardo de la lluvia, el joven decidió cambiar la suya.
Para ello aprovechando la oscuridad nocturna, se introdujo en la caverna y con gran sigilo sopesó una a una todas las cruces.
Al fin, tomó la que le parecía más liviana y con ella en su poder se fue a dormir.
A la mañana siguiente, cuando los peregrinos reemprendieron el camino, el joven se asombró de que nadie se sintiese perjudicado con el cambio.
Entonces se fijó bien en la liviana cruz que llevaba y descubrió que la que había elegido en la oscuridad era la suya, la misma que había recibido al inicio de la peregrinación.


¡Feliz viernes y excelente fin de semana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario