Nuestro interior es un mar de pensamiento y
sentimientos variados que si no analizamos y dominamos, pueden conducirnos a
problemas, crisis, sufrimientos y desdichas incalculables.
Aunque resulte útil, la mera expresión de deseos no
permite llegar muy lejos.
Para hacer cambios importantes en nuestras vidas
debemos tener disciplina, una disciplina para resto de la vida, esto debido a
que nuestros sentimientos seguirán ahí haciendo de las suyas en nuestro cerebro.
Por ejemplo, para minimizar la fuerza de la ira se
debe realzar su sentimiento opuesto: el altruismo. De esta manera disciplinas
la mente. Y una vez disciplinada la mente los cambios comienza a suscitarse
solos.
¡Feliz jueves!
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