El filósofo Bías logró salir de Priene, su ciudad
natal, poco antes de que la tomase Ciro, el rey de los persas que la mantenía
bajo asedio.
Todos los que abandonaban la ciudad se llevaban cuanto
podían, pero Bías se marchó sin ningún equipaje, ni ninguna posesión.
- ¿Cómo lo abandonas todo? –le preguntó uno de los que
huían con él.
Bías, tocándose la parte superior de la cabeza para
aludir a su sabiduría, capaz de proporcionarle sustento donde quiera que fuese,
le respondió:
- Llevo conmigo todos mis bienes.
Feliz viernes y fin de semana.
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