lunes, 6 de febrero de 2012

La virtud de la indulgencia

El sabio es constante en su mente.
Hace de la mente del pueblo su propia mente.

Es bueno con el bueno.
Es bueno con el no bueno.
Esa es la virtud de la bondad
Es sincero con el sincero.
Es sincero con el no sincero.
Esa es la virtud de la sinceridad.

La existencia del sabio no inspira temor
a los hombres, permanece abierto a todo el mundo.
Mientras el pueblo lo contempla
él trata a todos como a sus propios niños.

Tao Te Ching de Lao Tzu, texto XLIX

***

La mente del sabio está en estado "neutro", lo que corresponde a la idea del vacío. Solo así se puede llenar. Para nosotros los occidentales un estado “neutro” es poco común, por lo general siempre tenemos una posición ante las cosas.

La bondad y la sinceridad, para el oriental no sólo lo entienden en un sentido “ejemplar”, sino más bien “esencial”.

Para quien practica la verdad, la verdad misma va hacia él.

Y finalmente, actuar como niños significa tener comprensión indulgente hacia los demás. Es también una forma indirecta de "paidea" (educación en griego) concebida en sentido opuesto al paternalismo, pues el taoísta se hace niño para tratar con los niños. Para tratar con lo niños a veces hay que ponerse en el lugar de uno y hablar en sus términos para que nos comprenda correctamente. He ahí la sabiduría.

¡Feliz semana!

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