viernes, 24 de febrero de 2012

Ciencia y virtud


En sus memorias, Jenofonte, uno de los principales discípulos de Sócrates, cuanta de su maestro: “razonaba siempre sobre las cosas humanas, buscaba qué es la piedad y qué la impiedad, qué es lo bello y qué lo feo, qué es lo justo y qué lo injusto, qué es la sabiduría y qué la locura, qué es el valor y qué la cobardía, qué es el estado, qué es el hombre estado.
Y así otras cosas cuyo conocimiento pensaba que debía caracterizar al hombre capaz, y cuya ignorancia pensaba que debía definirse justamente como condición de esclavitud espiritual.”

La misión de Sócrates es netamente pedagógica, y si, según Aristóteles, el descubrimiento de los dos elementos del método científico, la inducción y la definición, es un mérito que le corresponde a Sócrates, sus enseñanzas parecen ser más prácticas que teóricas, más morales que científicas.

Para Sócrates, ciencia y virtud se identifican y el saber es siempre sabiduría. Muchos se enfadan con Sócrates por ese afán de saber que no sabe, aunque suene algo chistoso, tiene mucho sentido tomar conciencia de la propia ignorancia, ya que así descubrimos nuevas verdades que nos permitan obrar mejor, vivir mejor.

Nuestro espíritu se purifica mediante la investigación científica, y el objetivo más importante de la investigación científica es la purificación del espíritu.

¡Feliz fin semana! y mañana estén pendiente del blog del Señor de los Milagros... http://ola-elsenordelosmilagros.blogspot.com/ hablaremos de Jesús sanando a un paralítico...

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