Un hombre muy ocupado visitó a un sabio lama. Había oído que era un santo y tenía interés en conocerlo. El lama le aconsejó:
-Ya no eres joven, así que yo diría que es conveniente que comiences a interesarte un poco por la vida espiritual.
-Lo haría –replicó el hombre-, ¡pero estoy tan ocupado! Atiendo mis negocios, voy a reuniones de trabajo, asisto a fiestas sociales, charlo con colegas… ¡Estoy tan ocupado!
El lama repuso:
-Cuando te mueras, alguien dirá: “He aquí que ha muerto un hombre que supo llenar su vida de inútiles actividades. ¡Enhorabuena!”
El maestro dice: Llegará el día en que sólo contarás con la gema que hayas pulido dentro de ti. No hagas de tu vida una inútil actividad.
¡Feliz semana!
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