jueves, 23 de febrero de 2017

Niños y niñas

Las diferencias entre niños y niñas son producto de catorce millones de años de evolución de los primates.

Las niñas juegan con muñecas y adoptan conductas cooperativas porque están ensayando su función evolutiva como madres y agentes sociales; los niños juegan a la guerra y adoptan comportamientos competitivos porque están ensayando su función evolutiva como cazadores y protectores.

Durante no menos de doscientos mil años de evolución humana, estos rasgos naturales sirvieron para garantizar nuestra supervivencia y la dispersión por el planeta en pequeños grupos de cazadores recolectores que progresivamente formaron tribus y finalmente civilizaciones.

Por lo tanto, la sociedad no podrá realizar cambios drásticos sobre nuestros comportamientos que han están en nuestros genes durante tantos años...

¡Feliz jueves!

lunes, 20 de febrero de 2017

Mujeres creadoras de la paz

Las mujeres son las grandes creadoras de la cultura de paz.
Los hombres deberíamos reconocerlo con humildad y valorar las contribuciones excepcionales de las mujeres. En un diálogo entre Daisaku Ikeda y Richar Coudenhove-Kalergi, éste último se mostraba convencido de que sería posible lograr la paz mundial si diéramos a las mujeres la oportunidad de desempeñar un papel más importante. Al mismo tiempo, trazaba una interesante comparación. Aunque las niñas en todo el mundo juegan con muñecas —comentaba—, los varones en todos los países juegan a la guerra y el propósito del juego es vencer a los demás.

Hace tiempo, leí sobre un experimento diseñado para estudiar las distintas conductas de niños y niñas. En una escuela de nivel preescolar, se procedió a separar por género a los pequeños alumnos. A cada grupo se le permitió jugar con bloques de madera. En la mayoría de los casos, el grupo de los varones se dividió en dos bandos opuestos, que jugaron a pelear y a quitarse los bloques. Las niñas, por su parte, se pusieron a conversar para decidir qué iban a construir grupalmente con las piezas. Desde luego, no todos los varones y las niñas actúan así, pero creo que este estudio nos dice algo sobre las tendencias que predominan en unos y otros...

Feliz inicio de semana...

lunes, 13 de febrero de 2017

Las mujeres como promotoras de la cultura

Teresa Carreño (1853-1917)
Destacada pianista venezolana.
Un destacado rasgo femenino que he observado repetidas veces en el mundo de los negocios es el énfasis que las mujeres ponen en la importancia de la cultura. Si los dejaran a su aire, muchos hombres se dedicarían a los negocios, la política y el deporte, excluyendo todo lo demás. Sus esposas, en cambio, insistirían en que asistieran y prestarán atención a actividades culturales como la música, la poesía, la literatura, la pintura o el teatro. Si bien muchos hombres son excelentes intérpretes o artistas creativos, las mujeres son ante todo las creadoras de cultura, proporcionando la matriz social esencial que permite compartir la cultura con el público. De modo que las mujeres pueden mejorar la sociedad notablemente, llevando adelante nuevas celebraciones y refinamientos culturales. Puesto que la expresión y la apreciación de la cultura son universales, son las mujeres quienes nos socializan y civilizan, en buena parte mediante su incansable promoción de la cultura.

Feliz inicio de semana.

jueves, 9 de febrero de 2017

Mujeres versus hombres: empatía

Muchos han sido los estudios que han tratado de determinar las diferencias entre hombres y mujers, uno de los científicos que más se ha abocado a este tópico es el doctor Baron-Cohen. De sus estudios resalta el hecho de que la mujer tiene mayor inclinación a la empatía. Dice, al respecto: "La empatía es sintonizar natural y espontáneamente con los pensamientos y sentimientos del otro, sean cuales fueren. [...] Es saber leer la atmósfera emocional que se establece entre las personas. Es ponerse en el lugar del otro sin esfuerzo, negociar una interacción sensible con las personas que no las lastime u ofenda en ningún sentido, interesarse por lo que sienten los demás."

Desde hace mucho tiempo se reconoce la superioridad de la mujer en las áreas del lenguaje. Esto, combinado con la capacidad de empatizar, probablemente explique que las mujeres sean mejores comunicadoras.

Podríamos incluso afirmar que esta capacidad de empatizar sea innata en las mujeres, ya que si tomamos en consideración los catorce millones de años de la evolución, podemos inferir que ahí se encuentre las semillas del comportamiento humano. También debemos estudiar la antropología física y cultural de los primeros homínidos a través de nuestros antepasados del neandertal, un período de unos cuatro millones de años. Resulta que muchas consecuencias sociales de la diferencia entre los sexos tienen un origen biológico y no pueden desecharse mediante pensamientos ilusorios, ingeniería social o adoctrinamiento político.
Hay una falacia fundamental que ha calado hondo en la civilización occidental, aunque todavía no en Asia: a saber, la falsa creencia de que todas las diferencias entre hombres y mujeres las provoca la sociedad.

Asimismo, otorgar a las mujeres iguales derechos y oportunidades no significa que las mujeres vayan a convertirse en lo mismo que los hombres. Y tampoco es que la mayoría de las mujeres lo desee. Cualidades como la empatía hacen que ellas sean inestimables facilitadoras del diálogo y mediadoras. Los hombres a menudo adoptan una postura de confrontación que inhibe la comunicación y puede degenerar en conflicto. Las mujeres suelen adoptar una actitud empática que mejora la comunicación y apacigua los conflictos. Mientras los hombres suelen preocuparse por abstractas asociaciones de ideas, las mujeres tienden a centrarse en relaciones interpersonales concretas en el seno de la familia, el lugar de trabajo y la comunidad.

El doctor Baron-Cohen observa que el poder de la empatía neutraliza la agresividad humana, mientras que su ausencia la exacerba. La falta de empatía, en su punto extremo, da lugar a la violencia. Los hombres recurren al poder para imponer las cosas por la fuerza; las mujeres, con su mayor capacidad de empatía, tienden a prestar atención a los sentimientos y las circunstancias de los demás, por lo cual son más eficaces a la hora de mantener la armonía. Desde luego, toda generalización es relativa, pero creo que, en esta sociedad de hoy, donde las relaciones humanas se han vuelto tan débiles y distantes, la capacidad de empatizar será cada vez más valiosa, tanto para los hombres como para las mujeres.

¡Feliz jueves!

lunes, 6 de febrero de 2017

Alegría en la vida y la muerte

La filosofía y la práctica budistas plantean maneras saludables de enfrentarse a la muerte y así mejorar nuestra apreciación de la vida.
Paulo Coelho, cuyos libros se venden por millones en decenas de países, en su juventud escapó con vida de un incidente particularmente violento. La noche en que se refirió con todo detalle dijo que desde aquel día la muerte había sido su fiel compañera, caminando siempre a su lado. Y precisamente porque vive acompañado de la muerte a diario, ha sido capaz de vivir con la máxima plenitud posible.
Las personas solo pueden vivir plenamente si se enfrentan a la cuestión de la muerte a diario. Por ejemplo, cada mañana, al despertar me pregunto: «Si este fuese el último día de mi vida, ¿qué intentaría llevar a cabo?» De igual manera, cada noche, antes de acostarme, me gusta decir: «Esta noche puedo dormirme sin remordimientos, sin preocuparme por si mañana no me despierto, porque hoy he hecho todo lo que podía hacerse.»

La vida no existe separada de la muerte. Cuando confrontamos la realidad inexorable de la muerte, tomamos conciencia de nuestra propia mortalidad. Al trascender esta conciencia en dirección a la vida eterna y primigenia del universo, adquirimos una visión más esencial sobre la vida y la muerte de cada individuo, sobre la existencia humana, y podemos experimentar nuestro paso por el mundo de manera mucho más plena y sin lamentaciones. Este es el propósito del budismo y la verdadera finalidad de la fe y la práctica religiosa.
León Tolstói escribió: «La vida es alborozo, y también la muerte lo es.»
Por lo general, si vamos a un velorio o un entierro las personas se muestran muy triste por el ser amado que se marchó, sin embargo, si para nuestro sistema de creencias, esa persona ahora está en un "sitio" mejor, considero que yendo más allá de nuestro ego, deberíamos estar felices.

¡Feliz inicio de semana!

viernes, 3 de febrero de 2017

Así son las cosas: Bañado y leído

Juan Belmonte García (1892 – 1962), llamado el Pasmo (o Fenómeno) de Triana, fue un matador de toros español, probablemente el más popular de la historia y considerado por muchos como el fundador del toreo moderno.
La carrera profesional de Belmonte se desarrolló entre 1913 y 1936, año en el que se retiró definitivamente tras dos retiradas anteriores en 1922 y 1934. En 1919 toreó 109 corridas, una cifra récord para el momento y que lo siguió siendo durante varias décadas más.

Hacia el año 1918 Belmonte estuvo en Caracas y de él se contaban grandes historias, lo primero que se decía es que era el único torero bañado y leído. ¿Por qué? Porque se levantó en Sevilla un verdadero palacio y mandó a construir un baño gigantesco y una biblioteca que ocupaba el segundo piso de la mansión.

Cuando Belmonte estuvo en Caracas hubo una conversación histórica entre él y el empresario Ernesto Capriles. Capriles le dijo a Belmonte: "maestro, usted ha revolucionado el toreo, porque usted para distinto" -parar distinto es detener el toro-. Entonces Belmonte le contó esta historia: "es un relato muy largo que se remonta hasta los más lejanos tiempos, cuando yo era un torerillo: yo le dije una vez que muchas veces teníamos que ir a robar una barca para ir a torear; un día me amenazó con un revólver un hombre a quien le habíamos robado su barca. Cuando me vi con el revólver en el pecho reaccioné de una forma inexplicable, '¿quién es usted para para tutearme?' -le grité- 'a mí no me insulta, ni me amenaza nadie'. Es decir, que lo paré en seco, y el hombre quedó perplejo, la parada que le hice lo desconcertó. Usted me preguntará ahora que tiene que ver eso con el toreo, bueno amigo le voy a decir, que aquel día aprendí que si usted no deja pisar su terreno en el momento oportuno, es muy difícil que lo maten.
Me convencí entonces que en la lidia de los hombres y las bestias lo primero que hay que hacer es parar, el que sabe parar domina, de ahí mi técnica del parón que dicen los críticos.
Así hablaba Juan Belmonte, es decir que un buen parao a tiempo, según él, puede evitar una tragedia.

¡Feliz viernes!

Historia tomada de Así son las cosas de Oscar Yanez.

jueves, 2 de febrero de 2017

Encarnación del Filósofo rey

Los soberanos liberales han sido relativamente pocos y espaciados a lo largo de la historia de la humanidad, y esta es una de las razones por las que hoy se sigue venerando a Ashoka, incluso en Occidente. Desde luego resulta difícil resistirse a la corrupción del poder absoluto. Una manera de hacerlo consiste en mantener una actitud abierta y tener ganas de aprender, cosa que requiere humildad, rasgo del que demasiado a menudo carecen los altos cargos políticos.
Marco Aurelio supo ser humilde, aprendió el estoicismo de la mano del esclavo liberto Epicteto, atemperando así su poder con virtud.
Él y Ashoka encarnaron el ideal de Platón del filósofo rey. Comprometerse a aprender toda la vida seguramente es una de las claves para llegar a ser un soberano progresista.

Por lo tanto dos características de extrema importancia son:
1) tener una actitud abierta y
2) estar dispuesto a aprender.

Lo notable del caso es que Ashoka no empezó siendo un líder ejemplar. Se vio en la necesidad de replantear su forma de vivir cuando comprendió la tremenda destrucción y la sangrienta matanza que había impuesto al pueblo con sus guerras.
El estudio concienzudo de las enseñanzas budistas lo condujo a crear un bastión de paz en su propio corazón. Y esta fortaleza interior es la que se tradujo en sus actos de gobierno.
Creo que, en la época actual, la sabiduría del budismo puede desempeñar un papel crucial en la creación de sociedades pacíficas. Por ejemplo, pudiera servir de puente entre las civilizaciones cristiana y musulmana.

Feliz jueves.